domingo, octubre 22, 2006

Pensar demasiado... es nocivo para mi salud. (Parte 1)

Tengo miedo de pensar demasiado. De que el tiempo excesivamente libre de mis actividades me permita pensar en las cosas que nunca quiero, en lo que evito y me desagrada.
Mientras miraba gente compartir y bailar, mi mente estaba en otra parte. En lo que no estaba presente, en todo aquello a lo que tanto aspiro y que no he logrado. El ruido incesante de la música retumbaba en mis oídos y pensaba por qué tenía que estar sentada mientras todos estaban disfrutando y bailando. Vienen a tu mente esos pensamientos del patito feo y cosas así, de tus épocas colegiales y quinceañeras, en un cumpleaños que equivale al doble de esa edad.
Es justo en ese estúpido momento en que te preguntas si acaso a esta edad podrás vivir todo lo que no viviste nunca en tu vida y añoras hacerlo, agarrar el tiempo perdido entre tus manos e intentar retenerlo. Pero eso es imposible.
Empieza este tiempo ridículo y absurdo de la vigilia mensual previa a mi próximo cambio de folio. El cual pretendía celebrar en mi departamento propio, con toda la gente que me importa y me interesa... hasta la hora que sea... Treinta años de vida, aunque hubieran sido los que fueran, ya hace tiempo quiero este sueño que no se materializa; hace rato ya que me despierto con la sensación que me faltará tiempo de mi vida y de mi juventud para cumplir mis sueños, que quizás un día abra los ojos y no me encuentre más aquí, sino en otra parte, en otra vida... y pensar en eso y ver que no he cumplido nada de lo que me he fijado como meta, me desespera.
A lo mejor, mañana no piense esto mismo, es probable que no sea así, llevo días pensando esto y muchas otras cosas más. El día en que empiezas a envidiar sanamente la dicha del resto y saber que de alguna manera has contribuido a aquello hace sentir bien, pero... he postergado demasiado mi dicha... y cuando tuve todo para tenerla, la fui dejando ir...
¿Qué saco con trabajar y sacarme la cresta juntando dinero, si cuando logre comprarme mi departamento, será para vivir sola? ¿Es ese realmente mi "plan de vida"?
Quiero tener miles de weas, pero no he empezado por la más importante... yo misma... aunque mi madre me diga que soy egoísta... no conoce realmente cómo soy...
Que no soy capaz de amar... que venga alguien a negar que no he sido capaz de dar amor... que vengan aquellas personas, parejas y amig@s, a decirme que no les he brindado mi amor, de pareja o de amistad... ¡Que vengan a negarlo!
El único amor que no he dado ha sido mi amor propio...
Y sí. Hoy es uno de esos días.


De fondo: "Sometimes", Britney Spears.

miércoles, octubre 04, 2006

If something ends well... never ends.

Creo que este tema lo he tocado antes. ¡Cuántas personas aman a otra que no les corresponde! En el sentido de que tienen pocas cosas en común, pero en el corazón nadie manda... El corazón no tiene razón ni la tendrá.
A raíz de que un amigo sufre por "desamor"... no sé si es ésa la palabra, o bien, es víctima de un juego cruel para el cual él no estaba preparado. Hay gente que está preparada para sufrir, o mejor dicho, para tomarse una relación de pareja de un modo light; hay otras que no. Yo nunca he sido juguete de nadie y espero no serlo, soy mujer derecha en mi sentir y soy fiel de pensamiento, obra y omisión. Mas ¿qué pasa cuando una persona no te toma tan en serio como tú a ella?
"Sólo hay batallas perdidas en la guerra del amor". Esa frase de un gran amigo psicólogo (iorana, Leo) se me viene a la mente. En el amor y en la guerra todo se vale... ¿incluso dañar al otro a tal punto de no poder estar tranquilo? ¿De no poder dormir? ¿De no poder vivir? Capaz que termine con mis hipótesis sobre quién ama más en una relación, siempre todo en palabras suena bonito, pero como dicen los profes de ingeniería, en la práctica todo es distinto... De primeras, el corazón no entiende de razones. Segundo, no importa cuánto hablemos del tema y lo demos vuelta si no estamos convencidos de abdicar a la razón y no al amor, y tercero (para qué estamos con cosas), uno no quiere perder.
No sé cuándo mi amigo podrá descansar en paz con el recuerdo de lo bonito que fue (si hubo quizás algo bonito), que pueda rehacer su vida y conocer a alguien que no quiera ocultarlo ni vivir un amor a escondidas... (debiera escucharme cuando hablo, pucha que me iría mejor).


De fondo: "Si acaba bien", Christian Castro.