Señoras y señores, estimados y estimadas "telelectores": he aquí el post esperado por todos, aquel que hace mención a las interminables horas en que sacrificamos nuestras vidas en el laboratorio de ingeniería bioquímica (ramo que poca utilidad presta, excepto quitar tiempo). Querid@s seguidores, es hora de hablar de aquellos abnegados personajes que sacaron la cara por el equipo de trabajo: el trío dinámico, y su incansable lucha en contra del mal, encarnado por la inconsciente reina de Saba (más conocida como la "Queen").
Recapitulemos... la historia comienza así: 4 alumnos que comenzaron su postgrado el año pasado, este año se reencuentran en un ramo común llamado "laboratorio...", a P.F.L.- Bioquímico (no, no está mal escrito, es así) se le ocurre la "genial idea" de pensar - una vez conocida la moción de trabajar en grupos - que los personajes integrantes del batallón serían los mismos 4 personajes que se conocieron el año pasado... Y así siguió la segunda parte de la historia... no fue fácil juntar equitativamente a 1 joven bióloga PUCV con carácter + 1 ingeniero civil químico computín y seco para los cálculos + 1 bioquímica con alma de general dispuesta a poner orden al boliche + 1 ingeniero en bioprocesos (...) = 4 payasos del circo Chamorro... bueno, en realidad este circo Chamorro tenía 3 payasos y 1 ... ¿qué? Hasta el día de hoy no lo sabemos.
Y vinieron las primeras incursiones; enzimas y el terremoto en el laboratorio; nuestra confianza y nuestra fe en la "dueña de casa" nos traicionó, a tal punto de hacer el papelón de nuestras vidas al presentar el trabajo. Una razón más para luchar contra la maldad. De ahí salió el para siempre "Queen of Saba", que pasó por varias transformaciones hasta quedar como "la Queen" o simplemente "Saba" - apelativo que surgió cuando la 4a integrante se creyó dueña de todo y no dejaba a nuestra joven bióloga actuar. Recuerdo patente que en mi molestia, vociferé: "¡Y ésta que se cree! ¿La reina de Saba?"
Segunda patita de la cueca, esta vez decidimos poner orden al boliche y poner bien los puntos sobre las íes. Supuestamente los bioprocesos se la saben por libro en los reactores, pero qué más da, un cursillo rápido de reactores y mucho ingenio fueron suficiente para armar un armatoste digno de película, y en cierta forma quedó demostrado que ser "ingeniero" (específicamente un bp) no garantiza saber armar reactores ni saber cómo funcionan en la vida real... como he dicho, entre nosotros hicimos funcionar el sistema de lo más bien, y eso que literalmente, no cachábamos nada.
Y llegó la hora de decidir los turnos. Gran odisea, pues nuestros horarios eran tán disímiles como personalidades habían. Los más ocupados (por nuestros horarios de trabajo y de docencia nos mantenían bastante complicados) tratábamos de hacernos el tiempo como sea, sacrificando el preciado sábado o domingo para sacar adelante la experiencia, pero adivinen qué: sí, efectivamente. La Queen. La linda nunca quiso sacrificar ni sus sábados ni domingos... como quiera, eso fue episodio de muchas discusiones fútiles que terminaban con nuestra joven bióloga a punto de mandar a la Queen a buena parte y con el resto del grupis queriendo ahorcarla con las mangueras del reactor.
Para la tercera copla, con los ánimos ya concientizados en que la Saba no aportaría gran cosa (porque seamos francos... ¿¿¿realmente aportó algo????), diseñamos toda la experiencia como trío dinámico - que realmente trabajamos bien, superando en fiato a la dupla Alcaíno - Salas, y con la inexperiencia acumulada de no ser ingenieros, salimos adelante igual -, nos decidimos a trabajar. Justo por esos días la Saba se puso envidiosa y al vernos tan ocupados con nuestros trabajos, se encontró una pega por ahí y como era de esperarse, desapareció. Nosotros continuamos nuestras vidas y para esta presentación magistral salimos airosos de la primera vergüenza con las enzimas.
Y el acto final... simplemente la ignoramos. No existió. ¿Se pegó los gomazos? No sé y no creo. Porque... "laboratoristas unidos jamás serán vencidos"!! Y nuestra lucha contra el mal no dio tregua, aunque nuestra cobardía fue mayor al no se suficientemente concienzudos y no haberla puesto cara de palta no más. EN fin, todo valió la pena porque en el examen salimos airosos respondiendo lo que realmente sabíamos porque LO HICIMOS y de verdad...
Este es mi humilde homenaje a la joven bióloga Conífera (como cariñosamente la llamo, quien salvó todas nuestras introducciones y se lució en las presentaciones) y al ingeniero civil químico seco pa' los números (Javier JSC "Chilly Willy", gracias por tus increíbles cálculos y los aportes ingenieriles de verdad). Por ahí mis aportes en todas las áreas, sobretodo en las manuales (cooperé en armar y desarmas los reactores y en poner el orden dictatorial y estratégico)... pero la verdad todas las flores se la llevan ellos.
Y las otras flores... a la tumba de la Saba...
Ah! Y en realidad sí éramos 4... porque siempre nos acompañó el Benja, el incansable retoñito de nuestra joven bióloga, que nos entretuvo bastante en las jornadas maratónicas...
Saludos a todos... y gracias por el tiempo compartido...
Recapitulemos... la historia comienza así: 4 alumnos que comenzaron su postgrado el año pasado, este año se reencuentran en un ramo común llamado "laboratorio...", a P.F.L.- Bioquímico (no, no está mal escrito, es así) se le ocurre la "genial idea" de pensar - una vez conocida la moción de trabajar en grupos - que los personajes integrantes del batallón serían los mismos 4 personajes que se conocieron el año pasado... Y así siguió la segunda parte de la historia... no fue fácil juntar equitativamente a 1 joven bióloga PUCV con carácter + 1 ingeniero civil químico computín y seco para los cálculos + 1 bioquímica con alma de general dispuesta a poner orden al boliche + 1 ingeniero en bioprocesos (...) = 4 payasos del circo Chamorro... bueno, en realidad este circo Chamorro tenía 3 payasos y 1 ... ¿qué? Hasta el día de hoy no lo sabemos.
Y vinieron las primeras incursiones; enzimas y el terremoto en el laboratorio; nuestra confianza y nuestra fe en la "dueña de casa" nos traicionó, a tal punto de hacer el papelón de nuestras vidas al presentar el trabajo. Una razón más para luchar contra la maldad. De ahí salió el para siempre "Queen of Saba", que pasó por varias transformaciones hasta quedar como "la Queen" o simplemente "Saba" - apelativo que surgió cuando la 4a integrante se creyó dueña de todo y no dejaba a nuestra joven bióloga actuar. Recuerdo patente que en mi molestia, vociferé: "¡Y ésta que se cree! ¿La reina de Saba?"
Segunda patita de la cueca, esta vez decidimos poner orden al boliche y poner bien los puntos sobre las íes. Supuestamente los bioprocesos se la saben por libro en los reactores, pero qué más da, un cursillo rápido de reactores y mucho ingenio fueron suficiente para armar un armatoste digno de película, y en cierta forma quedó demostrado que ser "ingeniero" (específicamente un bp) no garantiza saber armar reactores ni saber cómo funcionan en la vida real... como he dicho, entre nosotros hicimos funcionar el sistema de lo más bien, y eso que literalmente, no cachábamos nada.
Y llegó la hora de decidir los turnos. Gran odisea, pues nuestros horarios eran tán disímiles como personalidades habían. Los más ocupados (por nuestros horarios de trabajo y de docencia nos mantenían bastante complicados) tratábamos de hacernos el tiempo como sea, sacrificando el preciado sábado o domingo para sacar adelante la experiencia, pero adivinen qué: sí, efectivamente. La Queen. La linda nunca quiso sacrificar ni sus sábados ni domingos... como quiera, eso fue episodio de muchas discusiones fútiles que terminaban con nuestra joven bióloga a punto de mandar a la Queen a buena parte y con el resto del grupis queriendo ahorcarla con las mangueras del reactor.
Para la tercera copla, con los ánimos ya concientizados en que la Saba no aportaría gran cosa (porque seamos francos... ¿¿¿realmente aportó algo????), diseñamos toda la experiencia como trío dinámico - que realmente trabajamos bien, superando en fiato a la dupla Alcaíno - Salas, y con la inexperiencia acumulada de no ser ingenieros, salimos adelante igual -, nos decidimos a trabajar. Justo por esos días la Saba se puso envidiosa y al vernos tan ocupados con nuestros trabajos, se encontró una pega por ahí y como era de esperarse, desapareció. Nosotros continuamos nuestras vidas y para esta presentación magistral salimos airosos de la primera vergüenza con las enzimas.
Y el acto final... simplemente la ignoramos. No existió. ¿Se pegó los gomazos? No sé y no creo. Porque... "laboratoristas unidos jamás serán vencidos"!! Y nuestra lucha contra el mal no dio tregua, aunque nuestra cobardía fue mayor al no se suficientemente concienzudos y no haberla puesto cara de palta no más. EN fin, todo valió la pena porque en el examen salimos airosos respondiendo lo que realmente sabíamos porque LO HICIMOS y de verdad...
Este es mi humilde homenaje a la joven bióloga Conífera (como cariñosamente la llamo, quien salvó todas nuestras introducciones y se lució en las presentaciones) y al ingeniero civil químico seco pa' los números (Javier JSC "Chilly Willy", gracias por tus increíbles cálculos y los aportes ingenieriles de verdad). Por ahí mis aportes en todas las áreas, sobretodo en las manuales (cooperé en armar y desarmas los reactores y en poner el orden dictatorial y estratégico)... pero la verdad todas las flores se la llevan ellos.
Y las otras flores... a la tumba de la Saba...
Ah! Y en realidad sí éramos 4... porque siempre nos acompañó el Benja, el incansable retoñito de nuestra joven bióloga, que nos entretuvo bastante en las jornadas maratónicas...
Saludos a todos... y gracias por el tiempo compartido...
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