sábado, septiembre 23, 2006

30... a good-looking age.

Y así muchos de nosotros nos vamos acercando a la treintena con peligrosidad...
Me tocó estar en el cumpleaños de una amiga y colega, de nuestro grupo de estudio. Y estamos llegando a la edad más interesante de la mujer: los 30 años.
Yo he asumido que será el cambio de folio más significativo, aunque nunca se igualará a mis 20, pero ya con trabajo, una maleta de vivencias, éxitos y fracasos, estamos listas para disfrutar de todo lo que en el tiempo anterior sembramos.
Hoy me levanté mirándome al espejo, descubriendo nuevamente que mis sienes se van decolorando cada vez más, pero me siento orgullosa. Me alegra decir con orgullo "voy a cumplir 30 años" cuando me preguntan qué edad tengo. Nunca he escondido mi edad ni lo haría tampoco. Eso me identifica cómo soy, qué hago, cuánto he recorrido en el camino de la vida, de todo lo que me caí no volvería atrás.
Si me preguntan qué cambiaría de mi vida, de estos 30 años de camino, no cambiaría nada! Claro, excepto alguna que otra cosa, pero sin esas cosas, ¡ahora mis próximos 30's no tendrían sentido!
Ya hice mi mea culpa por todo lo malo que pude hacer.
Ya he dañado lo suficiente, y he recibido mi castigo por ello.
Ya sufrí por mis errores.
Ya perdoné lo que creí imperdonable... aunque el daño ya está hecho.
Ahora a esta edad tengo que disfrutar de todo lo que sembré alguna vez.
Y eso... He rejuvenecido con la edad...


De fondo: Gregor Samsa, "Young and Old".

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