Días como éstos reviven - o más bien, hacen que llegue - la melancolía y la añoranza de tiempos pasados - aquellos que es preferible dejar atrás, por salud mental. Sentada frente a este aparatito vuelvo a pensar en los días, horas y años que estuve con "alguien" (en términos de "relación", ya que yo nunca me he caracterizado por estar físicamente con mis parejas, al menos eso dicen ellas de mí... en fin).
Son estos malditos días los que me hacen escuchar tontas canciones de Sin Bandera - y cortarme las venas como es lógico -, mirar largas horas la caída monótona y a la vez tan dístona de la lluvia; escuchar el golpe de cada gota sobre el tejado. Empezar a pensar "qué será de él..." y darme vueltas por mi cuarto haciendo cualquier cosa para olvidarme de pensar... Mas hay minutos en que una NO puede dejar de recordar...
La maldita lluvia (así como Yuri dijo " La maldita primavera") hace que mi mejor amigo y partner se enoje conmigo, que eso me haga sentir mal, que me diga lo que más me duele (que le he fallado y lo he abandonado), y que reviva una vez más, esa herida que aún no ha terminado de sanar.
Maldita lluvia, ¿cuándo cresta te irás?
Son estos malditos días los que me hacen escuchar tontas canciones de Sin Bandera - y cortarme las venas como es lógico -, mirar largas horas la caída monótona y a la vez tan dístona de la lluvia; escuchar el golpe de cada gota sobre el tejado. Empezar a pensar "qué será de él..." y darme vueltas por mi cuarto haciendo cualquier cosa para olvidarme de pensar... Mas hay minutos en que una NO puede dejar de recordar...
La maldita lluvia (así como Yuri dijo " La maldita primavera") hace que mi mejor amigo y partner se enoje conmigo, que eso me haga sentir mal, que me diga lo que más me duele (que le he fallado y lo he abandonado), y que reviva una vez más, esa herida que aún no ha terminado de sanar.
Maldita lluvia, ¿cuándo cresta te irás?
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