A veces las palabras sobran. Los actos hablan por sí solos.
Detrás de un acto hay cientos de cosas que lo originaron, elaboradas o no, pensadas o simplemente, espontáneas. Muchas veces lo impensado es lo que viene después.
Después de un acto... a veces sería bueno bajar el telón y terminar la función.
Nunca pensé que esto sería así. No pensé que estaría así después de un sencillo acto. Pensando, recordando, imaginando, revolviendo.
Es difícil estar aquí. No se lo doy a nadie.
Tú tienes algo, yo... tengo nada.
No hay nada que perder. No tengo nada que perder.
O sí, tengo mucho que perder.
Para qué tantas palabras. Mejor un tema que lo resume todo. Incluso aquello que podría atreverme a pensar.
Dedicado a los confundidos... a los que no tenemos las cosas claras, siendo que están más que claras.
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