... Uno de esos días en que todo es gris (no es coincidencia de que hoy haya amanecido nublado). Gris en el sentido del alma. Porque no puedo evitar sentirme sola, extraña. Hoy, según el calendario, hubiera cumplido 2 años junto a mi amor. Un día como hoy, hace 2 años, nos encontramos físicamente por primera vez, después de haber hablado mucho a la distancia. Se materializaban todas esas imágenes que tanto nos enviamos; nos conocíamos en persona. Y sellamos nuestro encuentro como si fuésemos dos eternos conocidos, con un beso.
Un día como hoy me sentía tan emocionada como sigo estándolo cuando recuerdo ese mágico momento, el momento en que sin hablar nos miramos y supimos que estaríamos juntos (para siempre)... Ese beso que parecía como la película que imaginaba en mi mente, un beso eterno, lleno de amor...
Hoy no estamos juntos. Pero lo recuerdo. Como lo he hecho desde el día en que nos separamos. Recuerdo cada detalle. Quizás soy muy aferrada a los recuerdos, pero mis detalles con él es lo que recuerdo. Todo lo que hicimos juntos. De cuando conocí a su familia. De cuando me acompañó toda una semana cuando estuve sola en su ciudad, trabajando. De cuando se vino un fin de semana completo para pasar mi cumpleaños conmigo, del regalo que aún llevo conmigo y que le costó casi todo su sueldo... No puedo decir que ha sido fácil este tiempo sin él. El osito de peluche que me regaló cuando vino él por primera vez a verme me mira taciturno. El es lo único que me queda además de los recuerdos. Todas las noches duerme a mi lado, como si fuera mi amor el que vela mi sueño.
Y sigo aquí, con mi eterna compañera, la radio (me salió como la canción de Dyango), esperando que el frío pase, aunque lo dudo, pues hoy aún es otoño.
Y mientras, sigo esperando.
(Tengo que hacer un trabajo para mi postgrado, pero apenas pude escribir una línea...)
(Tengo que estudiar matemáticas, pero apenas hice 2 ejercicios...)
(Tengo que hacer muchas cosas que no quiero hacer...)
.
.
.
¡Tengo que dejar de pensar!
Un día como hoy me sentía tan emocionada como sigo estándolo cuando recuerdo ese mágico momento, el momento en que sin hablar nos miramos y supimos que estaríamos juntos (para siempre)... Ese beso que parecía como la película que imaginaba en mi mente, un beso eterno, lleno de amor...
Hoy no estamos juntos. Pero lo recuerdo. Como lo he hecho desde el día en que nos separamos. Recuerdo cada detalle. Quizás soy muy aferrada a los recuerdos, pero mis detalles con él es lo que recuerdo. Todo lo que hicimos juntos. De cuando conocí a su familia. De cuando me acompañó toda una semana cuando estuve sola en su ciudad, trabajando. De cuando se vino un fin de semana completo para pasar mi cumpleaños conmigo, del regalo que aún llevo conmigo y que le costó casi todo su sueldo... No puedo decir que ha sido fácil este tiempo sin él. El osito de peluche que me regaló cuando vino él por primera vez a verme me mira taciturno. El es lo único que me queda además de los recuerdos. Todas las noches duerme a mi lado, como si fuera mi amor el que vela mi sueño.
Y sigo aquí, con mi eterna compañera, la radio (me salió como la canción de Dyango), esperando que el frío pase, aunque lo dudo, pues hoy aún es otoño.
Y mientras, sigo esperando.
(Tengo que hacer un trabajo para mi postgrado, pero apenas pude escribir una línea...)
(Tengo que estudiar matemáticas, pero apenas hice 2 ejercicios...)
(Tengo que hacer muchas cosas que no quiero hacer...)
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¡Tengo que dejar de pensar!
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