Raro título para empezar este blog... pero pucha que es real. El viernes fui al festival del huaso en Olmué, lugar que se "faranduliza" con este acontecimiento, y que de cuando en vez, es un pariente medio pobre del festival de Viña, pero con ganas de igualarse.
El día escogido no pudo ser mejor: uno de mis grupos romanticones favoritos estaba como plato fuerte, Sin Bandera. Pese a la emoción de verlos y escucharlos en vivo, el asunto resultó ser de doble filo. Sí, porque con las canciones de este grupo conocí, viví y sentí mi relación con mi ex-amor...
Cuando estás ahí viendo a una medialuna del Patagual corear canciones como alguna vez quise hacerlo junto a él en una anterior visita del grupo, la sangre me erizaba la piel. Un conjunto no menos fuerte de emociones tuve ahí, y tanto fue así que no fui capaz de moverme un sólo centímetro de mi asiento, embobada, escuchando...
Todas esas canciones que alguna vez me cantara al oído, con las que empieza, se vive y se acaba un amor, estaban ahí. Señoras y señores, por primera vez, me he quedado muda de emoción.
Bueno, la cosa no fue así no más... andaba, como siempre, con mi única y fiel compañera, mi cámara, con la cual recogí este pequeño video de la canción más importante de esa etapa de mi vida. No pidan mucho porque estábamos en galería y entre la noche, la bulla y el zoom (que no acompañaba), no se pudo hacer mucho más... ¡¡Peor hubiera sido un video desde el celular!!
Enjoy!
Esto es para tí... no quise llamarte, pero hartas ganas tuve de hacerlo...
El día escogido no pudo ser mejor: uno de mis grupos romanticones favoritos estaba como plato fuerte, Sin Bandera. Pese a la emoción de verlos y escucharlos en vivo, el asunto resultó ser de doble filo. Sí, porque con las canciones de este grupo conocí, viví y sentí mi relación con mi ex-amor...
Cuando estás ahí viendo a una medialuna del Patagual corear canciones como alguna vez quise hacerlo junto a él en una anterior visita del grupo, la sangre me erizaba la piel. Un conjunto no menos fuerte de emociones tuve ahí, y tanto fue así que no fui capaz de moverme un sólo centímetro de mi asiento, embobada, escuchando...
Todas esas canciones que alguna vez me cantara al oído, con las que empieza, se vive y se acaba un amor, estaban ahí. Señoras y señores, por primera vez, me he quedado muda de emoción.
Bueno, la cosa no fue así no más... andaba, como siempre, con mi única y fiel compañera, mi cámara, con la cual recogí este pequeño video de la canción más importante de esa etapa de mi vida. No pidan mucho porque estábamos en galería y entre la noche, la bulla y el zoom (que no acompañaba), no se pudo hacer mucho más... ¡¡Peor hubiera sido un video desde el celular!!
Enjoy!
Esto es para tí... no quise llamarte, pero hartas ganas tuve de hacerlo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario