No debo decir nada. Pero igual aunque nunca leas esto y no quieras saber de mí, al menos lo habré dicho públicamente, como se dicen las cosas cuando son verdad.
Te amé, sí, mucho; aún lo hago. Lo seguiré haciendo mañana y muchos días más... tal vez nunca deje de hacerlo...
Aunque hoy no me hables ni quieras saber de mí, y me hayas botado como se tira un papel viejo, no creo que te sea tan fácil olvidarme.
Siempre he sido una persona inolvidable... como los amigos que me dejaron, como la gente que me traicionó, esas cosas, déjame decirte que nunca se olvidan. Así soy yo.
Inolvidable como para marcar en ti una huella que no será fácil de borrar, una huella que sólo la "única mujer de tu vida" puede dejar en un hombre...
Un huella que quien sabe si los años podrán borrar... hoy no lo sé, y espero no ser tan olvidable como para ser reemplazada por cualquier cosa. Me jacto de ser orgullosa hasta cuando me dejan.
Tú eres inolvidable para mí... llevo muchas horas tratando de sacarte de mi mente, de no pensar en ti, de no marcar tu teléfono... está bien, dejaré que me olvides, ojalá puedas... porque yo, hoy y quizás cuántos días más... no puedo.
Yo me equivoqué... y lo voy a aceptar, como siempre. No tengo miedo de aceptar que soy humana y que me equivoqué, muchas veces, como para causar daño, sin que lo quisiera...
Pero hoy de regreso a la casa, y con el atardecer de fondo, sólo supe una cosa: "el amor, cuando es verdadero, no se rinde ante el dolor..."(*)
Y tu amor se rindió...
...
A ti... tú sabes bien... el único y el de siempre... estás presente en este blog desde que empezó el "tiempo"... el de este boceto...
Espero no tener que estar así nunca jamás en la vida... porque esto que me pasa no te lo doy ni a ti...
De fondo: "Nací para amarte", Alejandro Fernández.(*)
Te amé, sí, mucho; aún lo hago. Lo seguiré haciendo mañana y muchos días más... tal vez nunca deje de hacerlo...
Aunque hoy no me hables ni quieras saber de mí, y me hayas botado como se tira un papel viejo, no creo que te sea tan fácil olvidarme.
Siempre he sido una persona inolvidable... como los amigos que me dejaron, como la gente que me traicionó, esas cosas, déjame decirte que nunca se olvidan. Así soy yo.
Inolvidable como para marcar en ti una huella que no será fácil de borrar, una huella que sólo la "única mujer de tu vida" puede dejar en un hombre...
Un huella que quien sabe si los años podrán borrar... hoy no lo sé, y espero no ser tan olvidable como para ser reemplazada por cualquier cosa. Me jacto de ser orgullosa hasta cuando me dejan.
Tú eres inolvidable para mí... llevo muchas horas tratando de sacarte de mi mente, de no pensar en ti, de no marcar tu teléfono... está bien, dejaré que me olvides, ojalá puedas... porque yo, hoy y quizás cuántos días más... no puedo.
Yo me equivoqué... y lo voy a aceptar, como siempre. No tengo miedo de aceptar que soy humana y que me equivoqué, muchas veces, como para causar daño, sin que lo quisiera...
Pero hoy de regreso a la casa, y con el atardecer de fondo, sólo supe una cosa: "el amor, cuando es verdadero, no se rinde ante el dolor..."(*)
Y tu amor se rindió...
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A ti... tú sabes bien... el único y el de siempre... estás presente en este blog desde que empezó el "tiempo"... el de este boceto...
Espero no tener que estar así nunca jamás en la vida... porque esto que me pasa no te lo doy ni a ti...
De fondo: "Nací para amarte", Alejandro Fernández.(*)
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