miércoles, septiembre 12, 2007

"El mejor momento" no existe.

Hay días en que me despierto pensando: ¿Qué pasaría si llegara el momento en que encuentre al hombre de mi vida en el momento, forma y lugar equivocados?
¿Qué hubiera pasado si por esas casualidades, cuando tuve pareja, hubiera quedado esperando un hijo?
¿Qué reaccionaría si me dijeran "te quedan pocos meses de vida"?
Si nos ponemos a pensar en las cosas que nos suceden, siempre hay un pero para todo. Los accidentes de nuestra vida siempre son en un "mal momento". Tenemos la excusa perfecta para echar la culpa a todo aquello que está fuera del programa de nuestras vidas.
Se supone que si ese reloj tan prolijo con el cual programamos los hechos de la vida no debiera fallar, al menos que nosotros lo programemos mal. Y eso es algo que el egoísmo humano no es capaz de aceptar.
Cuando llegamos tarde... la culpa es del reloj que estaba "atrasado".
Una canción que expresa esa sensación de llegar en el momento equivocado, es "Tarde" de Ricardo Arjona.
Tengo miedo de llegar tarde a la cita de mi vida con el sentimiento con el que siempre se vive: el amor.
Los relojes que poseo están a horas distintas, aunque trate de sincronizarlos. Cuando me he enamorado, esa persona no me corresponde... porque alguien llegó antes.
Un segundo tarde en el mapa de regreso y casi termino en el hospital.
Un mal cálculo...
Ya no quiero seguir pensando en qué línea fijar una cita. Quisiera dejar de depender de una agenda que arregle y ordene mis pasos.
A veces es bueno un desorden...

Justamente ahora irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina,
tarde como siempre
nos llega la fortuna.

Tú ibas con él
yo iba con ella.
Jugando a ser felices por desesperados,
por no aguardar los sueños,
por miedo a quedar solos.

Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos en seguida
pero tarde, maldita sea la hora,
que encontré lo que soñé
tarde....

Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco
sin encontrarte.
ah va uno de tonto,
por desesperado
confundiendo amor con compañía.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza
lo que es del corazón.

Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mí
tarde...

Ganas de huir,
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste.
Que nunca has existido.

Ganas de besarte
de coincidir contigo
de acercarme un poco
y amarrarte en un abrazo
de mirarte a los ojos,
y decirte: "bienvenida".

Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
Nos reconocimos en seguida
pero tarde.
Quizás en otras vidas,
quizás en otras muertes

Qué ganas de rozarte!
Qué ganas de tocarte!,
De acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre
sin daños a terceros....



No hay comentarios.: