miércoles, marzo 08, 2006

How to dismantle my loneliness.

La soledad es un estado natural del ser humano. No sé dónde vi escrita esa premisa, pero me gustó tanto porque reflejaba perfectamente lo que me sucedía en ese instante. Pero luego no ha faltado el momento en que uno quiere refutar las premisas históricas, llegando a la conclusión de que lo hecho, hecho está, que el destino no se puede cambiar, y que existen personas destinadas a estar solas.
El objetivo de este
blog es reflejar lo que me pasa, soy inspirada por naturaleza, y quizás postee muchas veces en un día, o quizás desaparezca por varios días. Mi necesidad por plasmar escritos en mis horas de soledad es tal, que sólo así podré erradicarla. Así como la erradiqué una vez.
No es fácil vivir en soledad, tampoco en pareja, si es que de tu tercio de vida lo has pasado sin una pareja estable. Es más complicado tratar de acostumbrarse a compartir que dejar de hacerlo. Así han sido estas primeras semanas después de haberme acostumbrado a tener un alma gemela en algún lugar del mundo, sentir que le importas a alguien...Pero todos esos sentimientos de pronto cruzan una nube negra y lo hermoso de ello se transforma en una agonía torpe, un estado de ansiedad enorme, como cuando estás en el borde de un abismo, a punto de caer.
La sensación de desamor es peor que cualquier otra... lo digo con mucha propiedad porque sentir que alguien jamás sentirá lo mismo por ti es vergonzoso. Por eso anulé ese sentimiento años atrás. Y hoy... es difícil desacostumbrarse a lo que se aprendió. Son tardes de música romántica que desfilan con un sabor a cebolla que me irrita, son noches de pensamientos sin fondo. Eso, señoras y señores, es amar... No poder borrar lo que pasó, porque el hombre no es hombre sin sus recuerdos. No querer borrarlo, porque es lo único que te aferra a la vida. Querer intentarlo, porque de esperanzas vive el hombre... y la mujer...

De fondo: "Noviembre sin ti", Reik.

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