Si alguna vez hubiera pensado lo que sucedería, no me habría tomado la molestia de vivirlo. Pero... eso es una utopía. Hay que vivir las cosas para poder decir "estuvo mal" o "estuvo bien".
Y así es la vida... Nadie sabe que el pasado está a la vuelta de la esquina, sino para qué andar tan confiada por el mundo.
Debo confesarlo. Me preocupa el pasado. Me preocupa que todo lo malo que viví vuelva a mí. Y no lo digo por mi reciente quiebre de pareja (de la cual ni siquiera fue por culpa de algo en particular, pues aún me llevo bien con él, a pesar de todo y de que no somos "pareja"), sino por las personas que me hicieron daño en mi época universitaria.
Había perdido esa preocupación desde que trabajaba y no volvía a la universidad. De cuando estuve con mi amorcito. Pero hoy... ya el riesgo de toparme con las protagonistas de una de mis más recordadas desgracias me preocupa.
Ya sé lo que me diría mi amor: que no tengo que preocuparme por weás, que eso ya pasó y punto. Y todo el mundo me diría lo mismo. Y yo sólo digo que a pesar de que me es indiferente, me inquieta. Lo digo porque ayer vi al protagonista diabólico de aquella vez, y lo que es peor, el sinvergüenza caradura tuvo la osadía de hacerme una seña... ¡el desgraciado tiene cara para saludar! Me pregunto si la protagonista tendrá cara para eso. Capaz que sí. Esa gente no cambia, pero yo sí.
La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Así era la premisa de un programa infantil. Yo no me quiero vengar, pero sí quiero mi tranquilidad de regreso. Quiero que desaparezcan de mi entorno. No quiero más inquietudes, mas aquellas que inquietan a mi enamorado corazón... prefiero esa inquietud, que en el fondo no es mala, sino una constante espera de una respuesta que tarda en llegar...
De fondo: "Morning has broken", Cat Stevens.
Y así es la vida... Nadie sabe que el pasado está a la vuelta de la esquina, sino para qué andar tan confiada por el mundo.
Debo confesarlo. Me preocupa el pasado. Me preocupa que todo lo malo que viví vuelva a mí. Y no lo digo por mi reciente quiebre de pareja (de la cual ni siquiera fue por culpa de algo en particular, pues aún me llevo bien con él, a pesar de todo y de que no somos "pareja"), sino por las personas que me hicieron daño en mi época universitaria.
Había perdido esa preocupación desde que trabajaba y no volvía a la universidad. De cuando estuve con mi amorcito. Pero hoy... ya el riesgo de toparme con las protagonistas de una de mis más recordadas desgracias me preocupa.
Ya sé lo que me diría mi amor: que no tengo que preocuparme por weás, que eso ya pasó y punto. Y todo el mundo me diría lo mismo. Y yo sólo digo que a pesar de que me es indiferente, me inquieta. Lo digo porque ayer vi al protagonista diabólico de aquella vez, y lo que es peor, el sinvergüenza caradura tuvo la osadía de hacerme una seña... ¡el desgraciado tiene cara para saludar! Me pregunto si la protagonista tendrá cara para eso. Capaz que sí. Esa gente no cambia, pero yo sí.
La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Así era la premisa de un programa infantil. Yo no me quiero vengar, pero sí quiero mi tranquilidad de regreso. Quiero que desaparezcan de mi entorno. No quiero más inquietudes, mas aquellas que inquietan a mi enamorado corazón... prefiero esa inquietud, que en el fondo no es mala, sino una constante espera de una respuesta que tarda en llegar...
De fondo: "Morning has broken", Cat Stevens.
1 comentario:
Hola,
he intentado encontrar tu mail aqui pero no resulto... bueno espero este todo mejor, ya identifico el personaje que relatas, bueno que estes bien y muchos saludos a todos por alla
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